El “síndrome de Voldemort” y la necesidad de olvidar a una expareja |
- Tendencia Capital
- 8 feb
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Superar una ruptura amorosa es un proceso complejo. Algunas personas se apoyan en amigos, otras se enfocan en nuevos proyectos, y muchas optan por el contacto cero.
Inspirado en el villano de Harry Potter, conocido como “el que no debe ser nombrado”, este fenómeno implica evitar cualquier mención o recuerdo de la relación. Aunque pueda parecer una forma efectiva de sanar, los expertos advierten que podría tener el efecto contrario y prolongar el proceso de duelo.
Cuando olvidar se vuelve una obsesión
El síndrome de Voldemort lleva a tomar medidas drásticas, como borrar fotos y conversaciones, bloquear a la expareja en redes sociales, evitar lugares donde pueda haber encuentros o incluso prohibir que amigos y familiares mencionen su nombre. Algunas personas llegan a deshacerse de regalos y objetos que evocan recuerdos, y en casos extremos, pueden llegar a mudarse para cortar todo vínculo con el pasado.
Si bien estas acciones buscan evitar el dolor, el esfuerzo por borrar todo rastro puede hacer que la persona termine obsesionándose con lo que intenta olvidar, dificultando aún más la recuperación emocional.
¿Realmente ayuda a superar una ruptura?
Desde la psicología, los especialistas advierten que este enfoque puede ser contraproducente. Lucía Camín, psicóloga del Centro de Psicología Alcea, señala que tratar de borrar completamente a una expareja puede ser una forma de negar el dolor, lo que a largo plazo solo lo prolonga.
El duelo amoroso necesita tiempo para ser procesado. Intentar acelerar la sanación eliminando todos los recuerdos puede convertirse en una trampa emocional que impida avanzar. En lugar de recurrir a medidas extremas, los expertos recomiendan adoptar un enfoque más equilibrado:
Aceptar las emociones sin reprimirlas. Intentar ignorar el dolor puede hacer que este se prolongue en el tiempo. Es importante reconocer lo que se siente y permitirse vivir el duelo.
Reducir el contacto de manera progresiva. No es necesario eliminar todo rastro de la relación de inmediato. Alejarse poco a poco puede ser una forma más saludable de afrontar la situación.
Expresar los sentimientos. Hablar con alguien de confianza, escribir sobre la experiencia o acudir a terapia puede ayudar a procesar las emociones de manera más efectiva.
Explorar nuevas actividades. Enfocar la energía en proyectos personales o descubrir nuevos intereses ayuda a redirigir la atención hacia el crecimiento personal.
Fortalecer la autoestima y la autonomía emocional. Recuperar la confianza en uno mismo es clave para seguir adelante y construir relaciones más sanas en el futuro.
Aprender a soltar sin borrar
Superar una ruptura no significa ignorar lo vivido, sino aprender a convivir con el recuerdo sin que este interfiera en el presente. Eliminar todo rastro de una expareja puede ser más un reflejo de un dolor no resuelto que una estrategia efectiva para avanzar.
En lugar de temer al pasado, es más saludable integrarlo como parte de la historia personal, aceptando tanto lo bueno como lo malo. Las personas que logran procesar el duelo sin evadirlo suelen fortalecerse emocionalmente y estar mejor preparadas para futuras relaciones.
Al final, la verdadera recuperación no ocurre cuando se borra a alguien de la vida, sino cuando se aprende a seguir adelante sin que su recuerdo pese en el corazón. Negar el pasado no evita repetir errores en el futuro, mientras que aceptar y aprender de la experiencia permite evolucionar emocionalmente y construir vínculos más saludables.
Infobae
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