Cinco señales sutiles de que alguien no es una buena persona, según la psicología |

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• Algunas personas pueden parecer encantadoras o incluso emocionalmente inteligentes, pero detrás de su actitud se esconden señales menos evidentes de que no son tan buenas como parecen. La psicología ha identificado ciertos comportamientos que alertan sobre su verdadera naturaleza.

Conocer estas señales puede ayudarte a mantener distancia y evitar relaciones tóxicas. Foto @ iStock

No todas las malas personas se muestran como villanos evidentes. A veces, los rasgos más peligrosos son aquellos que pasan desapercibidos y que incluso pueden confundirse con inteligencia emocional. La psicología ha identificado ciertos comportamientos que, aunque sutiles, pueden ser una alerta clara de que alguien no es de fiar. Saber reconocer estas señales te ayudará a protegerte de quienes pueden perjudicarte sin que te des cuenta.

1. Son emocionalmente inestables y generan conflicto

El neuroticismo es un rasgo que no siempre está ligado a la maldad, pero según diversos estudios psicológicos, las personas que tienden a estados emocionales negativos e inestables pueden generar relaciones conflictivas.

Según el psicólogo Hans Eysenck, este rasgo se asocia con personas que tienen un estado de ánimo cambiante, no toleran bien la frustración y son extremadamente sensibles a la crítica. Como sus emociones varían constantemente, pueden reaccionar de manera impredecible, afectando a quienes los rodean y creando un ambiente de tensión.

2. Desarrollan una cultura de abuso en el trabajo

No todas las malas personas lo demuestran en su vida personal, pero en el ámbito laboral pueden ser verdaderos depredadores. Un estudio de la Universidad de Princeton reveló que quienes cultivan ambientes tóxicos en el trabajo, abusan de su poder y priorizan sus intereses sobre el bienestar de los demás suelen ser percibidos como exitosos.

Esto crea un efecto contagioso: cuando otros ven que los comportamientos abusivos llevan al éxito, pueden imitarlos y contribuir a una cultura aún más hostil. Así, la toxicidad en el trabajo no solo daña a los individuos afectados, sino que puede extenderse a todo el entorno.

3. Sus defectos afectan más a los demás que a ellos mismos

Todos tenemos defectos, pero cuando los errores de una persona dañan constantemente a quienes los rodean sin que ellos mismos sufran las consecuencias, es una señal de alerta.

Por ejemplo, una persona manipuladora puede no sentir las repercusiones directas de su comportamiento, pero sí dejar una estela de daño en los demás. La psicología sugiere que cuando los defectos de alguien generan consecuencias negativas en su entorno de manera recurrente, no estamos ante simples imperfecciones, sino ante un patrón preocupante.

4. Poseen rasgos del “factor D” de la personalidad oscura

La “Tríada Oscura” es un término que agrupa tres rasgos de personalidad peligrosos: narcisismo, maquiavelismo y psicopatía. Según los psicólogos Kevin Williams y Delroy Paulhus, estas características reflejan manipulación, egocentrismo y falta de empatía.

Con el tiempo, se han identificado otros rasgos oscuros que forman parte del “factor D” o el lado más negativo de la personalidad:

• Sadismo: disfrute al ver sufrir a otros.

• Rencor: incapacidad de perdonar y deseo de venganza.

• Desapego moral: actuar sin ética sin sentirse culpable.

• Derecho psicológico: creerse merecedor de un trato especial.

• Egoísmo extremo: priorizar siempre el interés personal sin importar el daño a otros.

Si una persona presenta varias de estas características, es probable que su forma de ser tenga un impacto negativo en los demás.

5. Ven el mundo y a los demás de manera negativa

Un estudio del profesor de psicología Dustin Wood encontró que la forma en que alguien percibe a los demás es un reflejo de su propia personalidad.

Las personas que ven a los demás con desconfianza, desprecio o de manera negativa suelen tener rasgos asociados con el narcisismo y el comportamiento antisocial. Esta mentalidad refuerza un círculo vicioso: su percepción negativa los lleva a actuar de manera tóxica, lo que a su vez genera más conflictos en su entorno.

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